Adela ha bailado pasodobles toda la vida, le encanta dejarse llevar por el ritmo y cantar a plena voz como las folclóricas. Si encima baila de la mano de su marido José, mejor.

Llegan las fiestas patronales y la celebración de la verbena, pero este año, a diferencia de los anteriores, Adela no quiere salir a bailar, porque su José ya no está con ella.

Animada por sus amigas de toda la vida, la Fernanda y la Luisa, Adela deberá entender que el duelo es un proceso, un camino, que se ha de emprender. Pero, más importante, deberá comprender que lo que mantiene vivos a nuestros seres queridos es el recuerdo
que guardamos de ellos.

Adela has danced pasodobles all her life, she loves to let herself be carried away by the rhythm and to sing at the top of her lungs like the folclóricas. If she dances hand in hand with her husband José, better.

The patron saint festivities and the celebration of the “verbena” are here, but this year, unlike previous years, Adela does not want to go out, because her husband José is no longer with her.

Encouraged by her lifelong friends, Fernanda and Luisa, Adela has to understand that mourning is a process, a path to be undertaken. But, more importantly, she must understand that what keeps our loved ones alive is the memory we keep of them.